Al recordar mi niñez puedo sentir el delicioso aroma del café al despertar en las hermosas montañas caldences de la cual con orgullo represento. En la finca cafetera de mi familia solo puedo observar a través de la ventana como se ondean los cafetales con el viento llevando hasta mi ventana aquel aroma incomparable y sin igual; pienso en lo majestuoso que será una deliciosa y suave taza de café al dirigirme a la cocina de aquella casa que representó mi niñez y lo sigue haciendo en el presente y lo hará en el futuro. evocando la alegría de reunirme con mi familia.

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